Cinco consejos esenciales para el éxito de una biblioteca escolar en un instituto

Identificamos el concepto de biblioteca escolar con el de un lugar de lectura y de trabajo. Un espacio para prestar libros y para terminar los deberes, pero esa idea ha evolucionado hacia un área renovada donde la lectura, el aprendizaje y el ocio se unen dentro de un mismo centro educativo y en horario escolar.

Este artículo nació porque me interesaba conocer cómo se atrae a los lectores jóvenes hacia la biblioteca escolar. Que en Primaria utilicen la biblioteca lo vemos algo obvio. Se fomenta que cojan ese hábito pero, ¿cómo se consigue en un instituto cuando muchos chavales entre los 12 y los 18 años abandonan la lectura?

Un artículo que quizás os interese sobre los hábitos de lectura de los adolescentes durante la pandemia. Pinchad en la foto.

Biblioteca escolar para todos

Júlia Baena ( @Bibliojuvenil ) es bibliotecaria profesional en el Instituto Menéndez y Pelayo, en Barcelona, contratada por el AMPA, y profesora en la Universidad de Barcelona. A través del teléfono, me cuenta que lo primero que hizo fue cambiar el espacio de la biblioteca y crear un vínculo entre los estudiantes: “conocerlos por su nombre, interesarte por ellos tanto si son lectores como si no, que sea una biblioteca inclusiva en ese sentido, un lugar donde todos se sientan bienvenidos. Porque luego es más sencillo hacer esa mediación.”

La misión principal de una biblioteca puede parecer la de crear amantes de los libros pero como explica la escritora Patricia García-Rojo, ( @patriciagarciarojo )profesora en un instituto de Mijas y a cargo de la biblioteca del centro desde hace cinco años, “los lectores son los que casi menos tiempo pasan dentro”. Porque no se trata de solo proporcionar lecturas a aquellos que leen y de enganchar a los no lectores. “La principal misión de una biblioteca escolar es dar soporte de aprendizaje”, aclara Baena.

Merienda de autor con la escritora juvenil e infantil Patricia García-Rojo, esas meriendas que tanto me gusta hacer. Pinchad en la foto.

Consejos para una biblioteca escolar en un instituto

¿Y cómo se consigue pasar de un espacio de lectura y trabajo a algo más? Aquí van algunos consejos de Baena y García-Rojo por si os estáis planteando modernizar la biblioteca escolar:

1.- “Analizar el contexto de la biblioteca y los usuarios, evaluar y dar respuestas a las necesidades.” Cuando Baena llegó hace dos años, analizó cómo era aquella biblioteca y sus usuarios. “Cambié el espacio y habilité espacios de lectura informal porque parecía un aula con libros. Puse sofás, pufs y la prueba es que la biblioteca está llena de gente a la hora del patio, tengo 100 personas ahí metidas.” Algo parecido le sucede a García-Rojo, aunque ellos no han cambiado el espacio, tiene una relación tan cercana con los jóvenes que “acuden alumnos a charlar conmigo o pasar el rato.”

2.- Otro de los requisitos es “tener buenos libros”, como explica Baena. “Sin eso, difícilmente vas a fomentar la lectura.” En la página web de la biblioteca, que también ha creado ella y a la que le da mucha importancia, se pueden ver las novedades que tienen y las recomendaciones que hace, tanto para los alumnos como para que los padres conozcan también las lecturas. Intenta cubrir todos los géneros, desde la novela juvenil, hasta los cómics y la poesía. “He descubierto un montón de poetas increíbles porque un alumno llegó con una lista y compramos los libros”, añade Baena.

Biblioteca escolar del instituto Menéndez y Pelayo

Actividades para atraerlos a todos

3.- Las actividades. Es lo que más ayuda a fomentar esa relación entre la biblioteca y los alumnos. En el caso de García-Rojo ellos tienen un juego de pistas ocultas en libros para los alumnos que llegan a 1º ESO, para que conozcan la biblioteca. Pero también tienen club de escritura una vez a la semana en la hora del recreo, o la “biblioteca ambulante” que es un carrito que sacan a la hora del recreo por los patios con novedades para que los alumnos se interesen.

Por su parte, Baena ha organizado en horario escolar un club de lectura de lecturas obligatorias, es decir, que las lecturas que los jóvenes tienen que leer a través del plan lector del instituto las hacen en conjunto en la biblioteca a través del sistema de conversación Chambers. “Lo hicieron con las tres lecturas obligatorias y funcionó muy bien. Es estar en otro espacio, nos centramos mucho en aspectos literarios de la obra y todos tienen oportunidad de hablar. Así los profesores ven que es un lugar de educación literaria también.”

Apoyo y formación de usuarios

4.- Apoyo del centro. Es clave para que una biblioteca escolar funcione: que el centro educativo utilice la biblioteca como un espacio para desarrollar la enseñanza. “Que esté integrada en el proyecto educativo, que todos los profesores la tengan presente a la hora de elaborar sus proyectos”, puntualiza Baena. Algo que también afirma García-Rojo que explica que su biblioteca “está integrada en el plan lector del centro y, a parte, es aula en algunos tramos de la mañana.” Un espacio que sirva para la educación de los alumnos. “La profesora de tecnología quería hacer algo de lectura, con ética en la ciencia y estamos montando una actividad de mujeres científicas”, cuenta Baena.

La escritora Sandra Uve, autora del bellísimo libro «Supermujeres superinventoras». La entrevista pinchando en la foto.

5.- Escape room para la formación de usuarios. Una actividad que Baena puso en marchar cuando llegó y que los profesores le han pedido que repita. “He hecho un piloto con 1º y 2º de ESO. En el primer curso les enseño a cómo se organiza una biblioteca y a buscar en el catálogo y en segundo hacemos un repaso, ampliamos con los recursos que hay en la web, con temas de formación de usuarios y con la búsqueda en Google de palabras clave”, explica Baena. Una formación que continúa en Bachiller y que les ayuda para cuando tengan que enfrentarse a la vida universitaria.

Más que una biblioteca escolar

Además, Baena, que pidió como requisito para trabajar en la biblioteca que sus 20 horas lectivas fueran en horario escolar “para llegar a todos”, forma a 14 alumnos a través de “la asignatura de servicios comunitarios que trabajan por proyectos”. Algunas de sus actividades consisten en que ellos mismos se encarguen de diseñar labores de fomento de lectura y que las lleven a cabo, siempre con la ayuda de Baena y el centro: “los hemos llevado a librerías a comprar libros, han escogido poesías para colgarlas con QR por los pasillos del instituto, han montado un torneo de ajedrez de la biblioteca al que se apuntaron 92 chavales, una sexta parte del instituto. Era cambiar la concepción de la biblioteca y verla como un centro de actividad cultural, no solo de libros y estudio.”

Por si os apetece descubrir la adictiva saga juvenil de Patricia García-Rojo

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