La escritora malagueña recibe en el Festival Celsius el premio Kelvin 505 a la mejor novela juvenil original por “El asesino de Alfas”.
Patricia García-Rojo no tuvo uno, sino tres sueños de verano. Imaginó una historia de misterio y acción con perceptores, alfas, monarcas y todo ambientado en España. Una novela juvenil de fantasía que, en menos de un año, ya ha conseguido dos de los premios más importantes entre los escritores de juvenil en nuestro país. Un premio Templis, otorgado por la revista El Templo de las Mil Puertas y el premio Kelvin 505 a la mejor novela juvenil original que concede el Festival Celsius, en Avilés. “No imaginaba ganar y menos con los nominados de este año. Así que estoy emocionadísima. Es un gran honor”, explica Patricia.
La escritora ha presentado en el festival la trilogía de los alfas, cuyo tercer tomo, “El duelo de sucesión”, editado por Literatura SM, salió a la venta el pasado ocho de julio. “Estoy bastante nerviosa y deseando saber cómo reciben los lectores la tercera entrega, ¿les gustará? ¿Los decepcionará? Intento no pensarlo para no volverme loca.”
Festival Celsius
Este festival que se celebra entre mar y montaña, reúne a muchos escritores y también amigos del mundo de la literatura infantil y juvenil. Y este año es más especial una vez que ha finalizado el estado de alarma y se puede viajar. Patricia ya vino el año pasado como invitada, pero este año lo está disfrutando más. “El año pasado el festival Celsius era para mí la luz al final del túnel. Fue un festival muy especial, íntimo y lleno de esperanza. Así que este año estoy deseando repetir. Siempre lo llamamos en camarilla “campamento de escritores” y muchos amigos de letras buscamos hacer coincidir nuestras vacaciones para poder reunirnos allí.”
La trilogía de los alfas fue concebida desde un principio como una saga. No por un motivo comercial, sino porque la trama era tan extensa y Patricia soñó con tantos personajes en la historia, que ha necesitado varias novelas para desarrollar la trama. De hecho, como ha confesado en el Celsius, Patricia tiene pensada dos trilogías más entorno a los alfas, pero no sabrá si llegarán a publicarse.
Escritora de mapa
Después de cada sueño, la escritora malagueña apuntaba en su libreta los detalles “tan nítidos” que recordaba. Quién era cada personaje, a qué familia pertenecía, qué sentido tenía más desarrollado, si era perceptor o alfa. Un sinfín de datos que Patricia trasladó durante un año a sus cuadernos y que, en alguna ocasión, ha enseñado en su cuenta de Instagram.
Patricia no deja ningún detalle suelto a la hora de escribir. Es una escritora de mapa. Recoge todo lo necesario para crear una novela. Cada capítulo tiene un color dependiendo de la intensidad de la trama. Escribe las biografías de sus personajes e, incluso, se atreve a dibujarlos tal y como los imagina en su cabeza. Un trabajo que en el caso de la primera parte de la trilogía, “El asesino de Alfas”, duró un año. Pero escribir el borrador solo le costó doce días.
“Con esta novela me he dado el permiso de hacer cosas que, quizás, no me permitía”, confesaba Patricia el pasado mes de marzo a través de mi canal de Youtube de “La hora de la merienda”. El texto de las tres novelas es trepidante. Desborda suspense y un buen uso de las palabras. Kate, la protagonista, es una alfa libre, una mujer joven que tendrá que aprender a usar el potencial de todos sus sentidos para sobrevivir y ejecutar su venganza. Una historia de misterio, acción, amor y todo ambientado en tres ciudades españolas: Málaga, Madrid y Sevilla. Porque una vez escuchó a una ponente en la universidad que nunca se podría hacer buena literatura fantástica en España y ella ha logrado mucho más que eso. Conseguir escribir literatura juvenil de fantasía ambientada en España y crear lectores.
Alumnos lectores
En sus clases en el instituto, en Mijas, Patricia enseña a sus alumnos a amar la literatura, a entenderla y disfrutar de ella. Es una de las muchas docentes que intentan cada año despertar la pasión por la lectura entre los jóvenes que se consideran “no lectores”. Confiesa que siente pena cuando algún alumno le dice que no le gusta leer, pero que el libro que están trabajando en clase sí le gusta: “Es muy duro porque ha habido algún momento de la formación de estos chavales en los que se han tenido que hacer las cosas muy mal para que la relación que tengan con la lectura sea tran frustrante. No es que no les guste leer, es que es la primera vez que tienen una experiencia positiva alrededor de la lectura”, confesaba Patricia en esta entrevista.
Algunos de sus alumnos han leído sus novelas, porque son fans de ella, y “ha habido de todo, el que se ha atrancado y no ha disfrutado de la lectura y el que se lo ha bebido del tirón en 24 horas. Esa es la magia de la literatura, cada uno tenemos el hechizo que nos funciona”, explica Patricia.
Escritura y docencia
Compaginar la escritura con su trabajo como docente es complicado. De hecho, Patricia tuvo que tomarse un mes de permiso en el instituto para acabar la saga. “Este año ha sido el año más desquiciante de mi carrera. Miro hacia atrás y me da una ansiedad de caballo. Pero lo he conseguido. Es la primera vez que he escrito durante el curso. Me ha tocado madrugar dos horas antes de entrar a clase para robarle horas al día para la escritura.” Aunque siempre intente escribir en las épocas en las que se encuentra de vacaciones, como este año, donde confiesa que pasará el verano escribiendo “dos novelas infantiles y un cuento”.
Pero el verano ya ha empezado en Avilés, disfrutando entre amigos de la literatura, de su gran pasión. De los premios. De celebrar que los festivales empiezan a abrir sus puertas y de que los libros vuelven a la calle. Y con la vista puesta en septiembre, en la Feria del Libro de Madrid. “Lo estoy deseando. Me da miedo que sea en septiembre porque nos vamos a morir de calor, pero mira… ¡qué gusto!”.