María Jesús Campos: «El juego de mesa es un desencadenante para trabajar la comprensión lectora, uno de los grandes problemas entre los menores»

¿Habíais pensado alguna vez utilizar un juego de mesa para trabajar con vuestros hijos la comprensión lectora? Pues esa es solo una de las aplicaciones con juegos de mesa que nuestra invitada de esta semana, la psicóloga María Jesús Campos, trabaja en su consulta con sus alumnos. “El tema de vocabulario, sinónimos, antónimos, tener más fluidez o diferenciar la información importante de la que no lo es” es una tarea que repasa cada semana con ellos a través de estos recursos de ocio.

María Jesús tiene su consulta en Valdemoro, en Madrid. En las paredes, un montón de dibujos de sus alumnos. Allí atiende a chavales de entre seis y once años en sus talleres de gestión emocional, habilidades sociales y técnicas de estudio donde trabaja la comprensión oral o estrategias de aprendizaje.

Yo conozco a María Jesús y su trabajo desde hace, quizás, más de un año. Leo sus artículos, veo sus videoconsejos, la sigo ahora en Psicoeducamos, el nuevo proyecto junto a la también psicóloga juvenil Eli Soler, e intento aprender todo lo que puedo para ayudar a mis hijos cuando llegue el momento. Y de uno sus hilos de twitter sobre los juegos de mesa y la comprensión lectora, nació mi curiosidad por este tema y, a la vez, este artículo.

“La compresión lectora es uno de los grandes problemas que presentan los menores. ¿Qué ocurre? Que a veces se impone el tipo de libro que hay que leer, estos no terminan siendo atractivos, el tipo de lectura a la que conlleva no motiva y todo eso, al final, cuando tú estás leyendo y no prestas atención, tampoco puedes comprender lo que ves. Cuando tu consigues enganchar a los chavales con un recurso que para ellos es más motivador, es más fácil que puedas empezar a trabajar con ellos el tema de la comprensión. Yo no trabajo comprensión lectora como tal a través del juego, sino que para mí el juego supone el desencadenante de trabajar la comprensión lectora. Jugamos, analizamos qué es lo que hemos hecho con el juego y eso lo generalizamos, lo extrapolamos a cuándo trabajamos la compresión.”

La comprensión lectora en la infancia

El problema de la comprensión lectora, me cuenta María Jesús, suele empezar a los siete años, cuando tienen que aprender y memorizar teoría mucho más compleja. Es ahí cuando los padres detectamos un problema, pero todo viene de antes.

“Soy de las que opino que en primero y segundo de primaria deberían de ser dos cursos en los que se trabajara mucho el tema de la comprensión. Es decir, no tanto contenido que se tiende a dar, y sé que con esto hay muchos docentes que no están de acuerdo, pero creo que en muchas ocasiones hay contenido que se empieza a trabajar con ellos (los verbos, los sustantivos, los adjetivos…) que creo que no es tan importante. Lo importante es que aprendan a comprender. Porque una vez que tu trabajas la comprensión es mucho más importante ir introduciendo cosas nuevas. No es culpa de los docentes porque ellos tienen unos temarios y se rigen por un sistema educativo con un currículum y es lo que les toca, pero creo que se ha dejado muy de lado ese punto de trabajar la compresión y la expresión. Cuando tu desde pequeño no trabajas esa base, a medida que se van haciendo más mayores, no hay una estructura sólida y empiezan a cojear muchas cosas y cuando la exigencia es cada vez mayor es cuando se viene todo abajo.”

Hace cuatro años que María Jesús empezó a utilizar los juegos de mesa en sus terapias. “Siempre digo lo mismo en mis artículos y a los padres. El juego de mesa es un recurso más, no es la solución. El juego es un recurso que puedes emplear como desencadenante para empezar la terapia sobre temas que vayas a trabajar después”. Y eso es lo que hace.

Juguemos

Hablamos de juegos de mesas. ¿Pero cuáles y cómo podemos usarlos nosotros en casa?

Monster Kit

Este es un juego para los más pequeños, de hecho, nosotros lo compramos para Jose (cuatro años) cuando hablé con ella y hemos jugado mucho este verano, os lo contaba en este artículo. Es del profesor Manu Sánchez Montero y tiene varias formas de jugar. La más sencilla es dibujar monstruos con distintas partes que vienen en las diferentes cartas y escribir su nombre. “Cuando te vienen muchos niños peques que están trabajando todo el tema de la lecto-escritura y hay que empezar a reforzar porque la base no se tiene todavía muy establecida para ello, en lugar de que le pongas una ficha, a veces es más atractivo empezar a hacer un monstruo. Lo empiezas a dibujar y, ya que lo tienes enganchado porque ha comenzado a dibujar, tú te pones a hacer tu monstruo también con él. Los dos vamos haciendo nuestro monstruo y una vez que lo hemos hecho siempre lo escribimos. Hacemos el proceso de leer, “qué letra es esta” y poco a poco, a medida que van teniendo más soltura les vas haciendo que la vayan silabeando y que la hagan en carrerilla en función del nivel.”

Monster Kit

Story cubes

Otro de los juegos de los que me habla María Jesús y por el que empezó a usarlos en sus terapias es “Story cubes”, uno de los más conocidos. “Cuando quiero trabajar caligrafía o expresión escrita, lo que hacemos es que lanzamos los dados, se quedan en el centro y con los mismos dados todos escribimos una historia”.

Pero María Jesús crea otras nuevas formas de jugar y trabajar. “En otras ocasiones lo que hago para trabajar la comprensión es que lanzamos y cada uno va a ir eligiendo un dado e inventa una historia. El siguiente repite lo que ha dicho el anterior y coge otro dado para seguir esa historia con una lógica. El tercero repite lo que han dicho los dos anteriores. Se hace entre todos, pero tienes que ir recordando lo que han dicho y tiene que tener una lógica la historia. O a veces hacemos el “folio giratorio” que es lanzar los dados y en vez de dejarlo en la mesa, para que se mueva, los pongo en una mesa a parte. Cada uno está con su folio y en ese momento cada uno se levanta y coge un dado. Escriben en su folio y al tiempo de “ya”, se pasa el folio y los dados se devuelven a su sitio. Ven el dado que ha utilizado el compañero, se vuelven a levantar y cogen otra vez. Tienen que continuar la historia que ha empezado otro compañero eligiendo otro dado de los que vayan quedando. Lo que tienen es una historia diferente y tienen que comprender desde el principio hasta donde están para saber qué dado elegir. Los Story cubes dan mucho juego.”

Story cubes

El juego en los colegios

Cada vez hay más profesores que utilizan los juegos de mesa durante las clases en los colegios. Hay algunos centros que, igual que tienen una biblioteca, tienen un espacio para los juegos, como una ludoteca y, hay otros, que se utilizan en el aula para cuando se acaba una tarea, pero implica un esfuerzo por parte del profesor. “El profe que utiliza juegos en sus clases es porque lo decide él. Tener juegos en el aula es motivador para los menores. Yo siempre digo lo mismo, el juego se puede meter, pero meter el juego por meterlo no es la solución. Si yo sé llevar a cabo adaptaciones, si yo sé qué me ofrece este juego, si yo sé cómo lo puedo emplear con mis alumnos, adelante. Si yo no juego, si no conozco cosas del juego ni mecánica ni componentes ni cómo puedo adaptarlo ni cómo puede funcionar en mi grupo, no lo hagas porque al final, lo que genera es el efecto contrario. Si te pones a jugar y tienes que parar cada dos por tres a leer las instrucciones y lo que haces es frenar continuamente, la experiencia para ellos no es agradable.”

When I Dream

Otro de los juegos que más utiliza María Jesús es “When I Dream”, donde se trabaja mucho el tema del vocabulario, el razonamiento, la fluidez verbal o establecer conexiones entre palabras. “Sale una carta y hay una persona que tiene los ojos tapados, el que está durmiendo, el soñador. El resto van a ser una serie de personajes: hadas, el hombre del saco y el hombre de arena. Cada uno tiene una función: las hadas dicen conceptos relacionados con la carta que hay. Los hombres del saco son los malos y dicen cosas para confundir. Y el hombre de arena tiene que equilibrar. Se saca una carta y pone “bebé”, por ejemplo. Ellos no se tienen que fijar en la imagen que es uno de los componentes que tiende a distraerles mucho, pero tienen que leer la palabra, que es lo que les identifica. En función de lo que tengan, cada uno va dando una pista para el que tiene el antifaz trate de adivinarla. Tiene que ir diciendo sinónimos o características y tienen que ser muy rápidos.”

When i dream

Sherlock

El último juego del que hablamos es “Sherlock”. “Se trata de descubrir a un sospechoso. Yo aquí siempre me invento una historia. Hay una serie de personajes que han hecho algo. Se colocan al azar seis sospechosos que tienen una serie de características. Los personajes son el koala, el panda y el tigre y cada uno, a veces lleva diferentes complementos y puede estar en diferentes contextos. En el centro queda todo el mazo de sospechosos y arriba está Moriarty. Cada jugador tiene un mazo de cartas y van sacando pistas que hacen una negación. Es decir, si saco un monóculo, digo “no tiene monóculo” y descartamos al que lo tiene. Otro saca una carta y dice, “no es un koala” y también descartamos. Hasta que en función de las pistas que vayan saliendo quede uno y el más rápido lo taparía. Se comprueban las pistas y se ve si lo ha hecho bien, se lleva al sospechoso que es el culpable y se saca otra carta.”

Sherlock

Un juego de agudeza visual. “Aquí estás trabajando con ellos discriminación continuamente. Es discriminación visual, pero tienes que estar pendiente de mucha información de lo que ya te han dicho, que te exige memoria, atención, porque tienes que estar atento de lo que hay continuamente en el círculo y tienes que discriminar. Cuando tu lees y tienes que comprender algo, tienes que estar atento, tienes que ir recordando lo que te van diciendo y tienes que ir “discriminando” lo que es relevante de lo que no lo es. Es el punto de partida de “¿para qué te sirve esto?”, para discriminar la información y los estímulos que te están dando en un texto.”

Las terapias de María Jesús son innovadoras, novedosas y prácticas. Con grupos reducidos, de entre seis y ocho alumnos, les ayuda a razonar y a poner en práctica lo que aprenden jugando. Y lo consigue, porque sus alumnos mejoran los resultados en clase, la atención, la comprensión y se divierten aprendiendo, algo básico que solemos olvidar.

 

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