Hace casi un año me topé con el libro “Supermujeres, Superinventoras. Ideas brillantes que transformaron nuestra vida”, de Sandra Uve, por casualidad. Iba buscando un libro para auto-regalarme por mi cumpleaños con biografías de mujeres importantes.
Imagino que todos tenéis ahora en la cabeza los famosos libros que salen en todos las redes sociales. En este artículo del día del inventor podéis ver de qué libros os hablo. Pues, ese día, miré un poco más arriba de la estantería donde están todos y encontré “Supermujeres, Superinventoras”. Un libro, editado por Lunwerg, que entre el colorido y la tipografía llamativa de las otras publicaciones, no resaltaba tanto.
Yo elegí “Supermujeres, Superinventoras” y lo que descubrí con su lectura fue un panorama repleto de mujeres valientes, inteligentes y reales que cambiaron el mundo y que lo siguen cambiando.
Y también conocí a Sandra Uve, una dibujante y escritora que buceó y rebuscó en cientos de papeles, informes, fotografías y patentes, realizando un verdadero periodismo de investigación, hasta encontrar los detalles relevantes de estas 93 inventoras que no nos enseñaron en el colegio. De las que, prácticamente, no sabíamos nada.
Por eso, en un día tan importante como hoy, 8 marzo, Día de la Mujer, para nosotros es un honor merendar con Sandra Uve. Charlar sobre las mujeres que lucharon por mejorar el mundo donde vivían, y que siguen luchando cada día. Hablar sobre el hueco que las mujeres debemos buscar en la sociedad cada día y defender constantemente. E, intentar, que libros como “Supermujeres, Superinventoras” lleguen a niños y niñas y sirvan para alcanzar la tan ansiada igualdad.
Disfrutad de la entrevista y os animo a leer el libro de Sandra y a que se convierta en un referente de consulta y lectura en vuestras casas.
¿Cuándo comienzas a interesarte por las mujeres inventoras que “transformaron nuestras vidas»?
El día que me llegó un doodle con la efemérides de Ada Lovelace. Fue la bombilla que iluminó todo el proyecto. Y la que puso sobre la mesa la cantidad de desigualdades vividas: nadie las conocía. Nadie las ha estudiado porque no figuran en los libros de texto. No tenían derechos políticos (a opinar), derechos sociales (a una educación universitaria adecuada) ni derechos civiles (a patentar a su nombre). Y gracias a esa idea que tuvieron, lucharon por darle voz, por tener una formación y por patentarla a su nombre. No hicieron caso de estadísticas, ni de roles de género. Creyeron en sí mismas y la mayoría, lo consiguieron.
Eres la escritora e ilustradora de “Supermujeres, Superinventoras” ¿Cuánto tiempo te llevó sacar adelante y ver publicado el libro?
La investigación con más de 3000 mil mujeres desde el 2015 y desde que les presenté casi un centenar a Lunwerg, para el libro, cerca de 1 año. Las acuarelas llevan su proceso y trabajé en superficies grandes para conseguir la luz y la mancha adecuada. Y la investigación la tenía encauzada, pero contrasté cada dato. Eso me llevó casi todo el año.
En el libro cuentas cómo fue el trabajo de investigación, lo difícil que fue dar con la patente de alguna de las inventoras e, incluso, algunas, aunque crearon el invento, no hay rastro de ellas. ¿Con qué fue, de todo el proceso, con lo que más aprendiste?
Fue con todo el proceso. No había censos, ni fechas de nacimiento ni de defunción en la mayoría de los casos. No había patente a la vista (pero camuflada sí). No había retratos fáciles de encontrar. ¡Fue una excavación! Me sentí exploradora de cada una de sus vidas. Y he aprendido mucho. Para empezar todo lo que no me enseñaron en la escuela sobre ellas. También a cómo buscar y contrastar datos en internet, que no es fácil. Y después a ensamblar, a reducir y a quedarme con la esencia y con lo más importante de cada una de ellas.
¿Cuál fue la inventora que más te sorprendió?
Todas son sorprendentes. Algunas tienen inventos increíbles. Otras la lucha encarnizada por ese invento, es demoledora y otras han tenido que luchar absolutamente por todo. Las contemporáneas tampoco lo han tenido fácil. Luchando por tener recursos, por trabajar de forma independiente. Y muchas de ellas, crean red: con lo que obtienen de patentes ayudan a otras mujeres. Creatividad. Lucha. Inteligencia y generosidad: esas son mis supermujeres, superinventoras.
Están, estamos, en el lado correcto de la historia, como dijo Spike Lee.
¿Fue fácil encontrar una editorial que quisiera publicar el libro?
Otro trabajo de investigación (jajaja). Apunté alto. Y cuando me topé con Lunwerg lo tuve claro. Y cuando nos comunicamos, fue un flechazo mutuo: Javier Ortega e Irene Virgili son un equipazo. Lola Escudero, jefa de prensa, otra supermujer.
En el libro mencionas a mujeres inventoras actuales que siguen trabajando en sus inventos, como Radia Perlman o Teresa Gonzalo. ¿Sigue siendo complicado para la mujer trabajar en espacios considerados para hombres durante tantos siglos?
Ellas son muy fuertes. Pilar Mateo, Celia Sánchez Ramos y decenas y decenas de científicas que luchan cada día para que sus gobiernos inviertan en ciencia básica… ¡Yo lo que quiero es que le den un superpremio a Margarita Salas! Por favor, ¡qué va a pasar lo mismo que con Rosalind Franklin o Stephanie Kwolek! ¡Qué vergüenza!
Hace poco un artículo titulado “No, las niñas no son peores en ciencias”, recogía varios debates que había en el panorama científico sobre estereotipos de género. Una de las cosas que explicaba era la falta de confianza de las mujeres ante las matemáticas y lo poco que eso se reforzaba en el colegio. ¿Crees que esto está cambiando?
Las estadísticas siempre apoyando a la causa… Es curioso porque en mi investigación hay cientos de matemáticas. Permíteme que sea cínica…, pero entonces, ¿sí que servimos para las matemáticas del hogar? ¿La compra del súper y la economía casera? Vaya… Me voy a repetir: las mujeres que realmente creen en sí mismas y luchan por conseguirlo, no hacen caso de estadísticas. ¡Pobre Marie Curie, si hubiese hecho caso de todo lo que iban diciendo por ahí! ¡Einstein les llamaba reptiles a los que la acosaban! (jajajaja)
“Supermujeres ,Superinventoras” es un libro para niñas, pero también para niños. ¿Este tipo de literatura se usa para enseñar a ambos sexos o solo se vende y publicita para dirigirse a las niñas?
No… permíteme la corrección: es un libro tanto para niños como para niñas. Ellas para tener referencias. Ellos para tener referencias de mujeres en puestos de poder, lucha y constancia. El velo se tiene que caer tanto para niñas como para niños.
En los últimos años, el movimiento feminista ha crecido, hay más concienciación. Hay más literatura sobre mujeres de las que antes no sabíamos nada. ¿Queda mucho camino por recorrer? ¿Deberá vivir la mujer en una lucha diaria por hacerse y conservar su hueco?
Hay mucho camino por hacer, las grietas son grandes… pero las generaciones cambian. La lucha es en muchos ámbitos y nunca cesa.
Si queréis conocer más a Sandra Uve, podéis visitar su web.
O podéis seguirla a través de su cuenta de Instagram.