El viaje de Brócoli, un divertido cuento para no dejar nada en el plato

Libro "El viaje de brócoli"

El libro que os queremos recomendar esta semana está recién salido de la imprenta. El viaje de Brócoli es el nuevo cuento de la escritora Pilar Serrano, a quien ya entrevistamos en el blog. El primero de muchos de los que va a publicar este año.

Nosotros tuvimos la suerte de verla en la Librería de Alicia contando la historia de Brócoli y nos pareció un buen cuento que debéis conocer. Y os recomiendo ver a Pilar en acción, porque engancha al público desde el principio. A los niños y a los adultos.

Os cuento el argumento.

Mamá gallina le pone de cenar a sus tres polluelos maíz, lombrices y brócoli. A los polluelos eso del brócoli no les gusta mucho, pero su madre les cuenta el gran viaje que esa “cosa verde con forma de árbol” ha hecho hasta llegar al plato y que no pueden dejarle sin participar en la fiesta de la barriga. ¿Conseguirá convencer a los tres polluelos para que se coman el brócoli?

Claves para ser un éxito

Este nuevo libro de Pilar Serrano nos gustó desde el principio por varios motivos. El primero porque la historia, narrativamente, es perfecta. Tiene su principio, su nudo y su desenlace. Parece sencillo, pero es complicado lograrlo y, además, que tenga un interés. Un argumento simple: la lucha que tienen los padres para que sus hijos coman cierto tipo de alimentos. Esa pequeña idea, Pilar ha sido capaz de convertirla en un cuento.

Explicar la historia con animales, en este caso una gallina y sus polluelos, es más interesante para los pequeños lectores. Personalizar sus acciones les engancha más y Pilar lo sabe y juega muy bien con esa baza en el cuento, porque además de una buena escritora, que ha publicado con muchas editoriales importantes, es profesora de Educación Infantil.

Además, vuelve a sacar su vena de maestra y le añade al cuento una enseñanza. Cuenta toda la vida del brócoli desde que se elige la semilla hasta que llega al plato. Esa secuencia es muy fácil de aprender para los pequeños lectores a través de este texto y las ilustraciones. Todo un acierto.

La historia de Brócoli, según nos ha contado Pilar en una “merienda exprés” que le hicimos la semana pasada y que dentro de poco os mostraré, nace porque su sobrina Andrea, cuando era pequeña, tardaba mucho en comer y siempre quería dejarse algo en el plato. Entonces ella decidió inventarse esta historia y el gran baile de la barriga. Y como Pilar no deja nunca de crear historias, después de mucho moverla por editoriales, al fin ha logrado publicarla.

Compañeros de viaje

Otra de las cosas que más nos ha gustado son las ilustraciones. Pilar ha contado con el gran trabajo de Agnese Baruzzi, una ilustradora italiana, autora del libro que ya reseñamos en el blog ¡Te voy a comer!. Sus ilustraciones son muy coloridas y geométricas, con trazos redondos, que hace más visual la historia para el público infantil. Agnese saber utilizar, y en este álbum ilustrado se demuestra, con los colores. Predominan mucho los colores de la naturaleza (verde, marrón, amarillo…). También utiliza perfectamente los espacios en cada página, usando todo el hueco para expandir el dibujo o dejando espacios en blanco para darle más luz y centrar la atención en lo esencial.

La edición de El viaje de Brócoli es de calidad, como la editorial NubeOcho sabe hacer. Alguna vez os hemos dicho que Kalandraka es una de nuestras editoriales preferidas. Pues NubeOcho le está ganando espacio. Son libros distintos, es verdad, pero la editorial de Luis Amavisca y Miryam Aguirre cuida cada detalle, tanto en el interior como en el exterior.

El viaje de Brócoli pertenece a la colección “Somos8”, donde se incluyen libros que hablan sobre las emociones y que nos ayudan, a los padres y los niños, a entenderlas mejor. El libro es de tapa dura, con un formato grande y cuadrado, y pensada para niños a partir de tres años.

Este cuento, como os he explicado, tiene muchos aciertos que lo convierten en especial, de esos que los niños y niñas quieren volver a leer, o que se los contéis. Una personalidad propia, pero si queréis que el cuento cobre vida y sea inolvidable, os recomiendo ir a ver a Pilar contarlo.

Y para merendar, como seguimos en época de fresas aunque el invierno esté llegando a su fin de forma prematura, no perdemos la oportunidad de comer unas cuantas fresas con pepitas de chocolate. ¡No nos ha dado ni tiempo a hacer un dibujo con la fruta!

 

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