A nuestra invitada de esta semana, Estrella Ortiz, la descubrí hace un par de semanas, en uno de nuestros viajes a la biblioteca. Saqué prestado La caja de colores, lo leí y me quedé prendada de su forma de contar la historia. Un cuento donde el Cielo y la Tierra juegan a colorear el mundo. Un libro fantástico.
Indagué sobre su autora, Estrella Ortiz, y averigüé muchas cosas, entre ellas, que fue una de las impulsoras del Maratón de Cuentos de Guadalajara, un evento que lleva en pie desde 1992 y en el que, durante tres días, no se paran de contar cuentos.
Estrella comenzó como cuentista en una biblioteca pública hace treinta seis años y no ha dejado de hacerlo desde entonces. Vive en Guadalajara, es madre de dos niños ya mayores, incluso es abuela, y aún guarda los diarios que empezó a escribir con catorce años.
A la semana de sacar La caja de colores volví a la biblioteca a por otro libro de Estrella. Las cuatro canciones es un libro de poemas sobre las estaciones del año. Unos versos para enamorarse de la poesía. Por eso y por todo lo que sabía que iba a aprender con ella, hoy es un honor merendar con Estrella Ortiz.
¡Disfrutad de la entrevista!
¿Cuándo descubres que quieres escribir historias infantiles?
Fue poco a poco. En mi trabajo como cuentacuentos desde siempre inventaba mis propias historias, y un día tuve una propuesta editorial. Después se ha ido abriendo esta nueva faceta de mi vida profesional, que me da muchas alegrías, por cierto.
¿Qué te inspira para crear tus textos?
La inspiración viene de muchos lugares: la tradición fundamentalmente. Después mi propia demanda de imaginación frente al tema que en ese momento me interese.
Hace treinta y seis años que comenzaste a contar cuentos con la “Bruja Rotundifolia”, tu personaje. Todo empezó en una biblioteca pública. ¿Son las bibliotecas el mejor escenario para conectar los libros y las historias con las personas?
Sí. Mi primer contacto profesional con los libros fue a través de la biblioteca de Guadalajara. Las bibliotecas son un lugar público ideal, inmejorable, para animar a la lectura, puesto que en ellas se pueden encontrar muchos libros y tomar prestados de forma gratuita. Las escuelas son otros lugares ideales para despertar el amor a la lectura. No obstante, las librerías también me parecen lugares maravillosos donde encontrar las últimas novedades y poder elegir, mirando previamente (con el libro en las manos, y no virtualmente a través de internet), para regalar o regalarnos.
Por último, aunque en verdad va en primer lugar, es dentro de la familia donde se aprende a valorar y apreciar a los libros. Pues el ejemplo que dan padres y madres es el factor primordial a la hora de incorporar los libros a la vida cotidiana desde las edades más tempranas.
¿Qué sientes cada vez que cuentas un cuento y hay una conexión con el público?
Siento que ese es mi lugar, el lugar que ha elegido el universo para que yo pueda aportar un granito de arena en el sueño colectivo de hacer el mundo cada vez mejor.
Eres una de las impulsoras del “Maratón de los cuentos de Guadalajara”, un evento con veintisiete años de vida, en el que durante tres días se cuentan cuentos, anécdotas o poemas ininterrumpidamente. ¿Qué ha supuesto para ti esta fiesta durante tantos años?
El Maratón de los cuentos de Guadalajara es una fiesta cultural maravillosa donde la palabra toma el protagonismo que merece. Es un acontecimiento imposible de explicar, hay que conocerlo, visitarlo, participar con un cuento. Para mí es una emoción muy grande haberla visto crecer desde 1992 que fue cuando nació.
La caja de colores, Las cuatro canciones o Todo en su lugar entre otras obras publicadas, pero ¿de cuál guardas un recuerdo más especial?
Una faceta divertida de algunas de estas publicaciones es mi relación como narradora oral con ellas. Por ejemplo, Las cuatro canciones, aunque yo era la autora, el texto lo tuve que aprender de memoria, pues está escrito en verso, para contarlo. Y a veces se lo digo a los niños que me lo han escuchado, como mérito. Y eso me resulta divertido.
Respecto a las canciones que invento para mis libros, prácticamente todas me han “venido” al tener el libro entre mis manos, antes, solo en el papel, era incapaz de imaginarlo. Pero con mi último libro para bebés Menudos Bichos, con editorial Amanuta, mientras esperaba poder verlo por primera vez físicamente, ya estaba inventando su canción. Y un libro nuevo, que saldrá este año, ya tiene su canción esperándole…
El libro La caja de colores fue para mí una sorpresa mayúscula darme cuenta de que podía contarlo página a página, pues las ilustraciones de Leticia Ruifernández son muy hermosas y enganchan con el público mientras lo voy contando.
En fin, cada libro editado goza de una “segunda” vida en mis manos, que en la mayoría de las ocasiones desconozco, a pesar de ser su autora, hasta que no lo tengo ante mí físicamente.
¿Es un buen momento para la literatura infantil y juvenil?
No me considero una persona autorizada con informaciones suficientes para dar una opinión. Que en cualquier caso es optimista, a la vista de la cantidad de publicaciones maravillosas que salen al mercado.
Un consejo para ayudar a los padres a animar a los peques a leer y disfrutar de los cuentos.
Que disfruten ellos mismos de la lectura. Que no lo hagan solamente porque piensen que es bueno. Que se dejen fascinar por los libros infantiles. Y que en cuanto la edad de sus criaturas lo permita, comiencen a leer libros por capítulos, que no se acaben en una sola noche. Guardo un recuerdo maravilloso de ello cuando mis hijos eran pequeños y todos esperábamos que llegase el momento de acostar para continuar con nuestra lectura preferida.
¿Qué leías tú cuando eras pequeña?
Todo lo que caía en mis manos, desde siempre he sido una lectora empedernida. Los primeros títulos que recuerdo eran: Antoñita la fantástica, Simbad el marino, Las aventuras de los cinco…
¿Una merienda que recuerdes de tu infancia?
En ocasiones especiales, en verano, cuando estaban todos mis tíos de vacaciones en el pueblo, a veces nos íbamos a merendar al campo. Las personas mayores llevaban todo el “tenderete”: mantas para el suelo y la comida. Los niños no parábamos de inspeccionar y corretear felices, solo con el cuidado de que no nos picase alguna avispa, y atentos a la llamada para empezar a comer todos juntos a la sombra de los árboles. Lo mejor: que los mayores estaban a lo suyo y nosotros, niños y niñas, también estábamos “a lo nuestro” sin ser molestados.
¿A qué otro autor o ilustrador de literatura infantil y juvenil nos recomiendas leer?
Me gusta mucho Janosch, Gianni Rodari, Michael Ende, Arnold Lobel. Y en poesía: Gloria Fuertes, Antonio Rubio, Juan Carlos Martín Ramos, María Jesús Jabato, Raúl Vacas, Mª José Ferrada… la lista no tendría fin porque me encanta la poesía y trabajo mucho con ella.
Si queréis conocer más a Estrella Ortiz, podéis visitar su web o seguirla en su página de Facebook.
Los cuentos son una herramienta imprescindible en el desarrollo de la personalidad del niño.Cuando el niño todavía no ha comenzado a leer,la narración oral va a ser el principio del camino para que este se acerque a la lectura y se convierta en un apasionado lector.Se deben potenciar y poner a disposición de los niños,todos los caminos que conduzcan al nacimiento de un futuro amante de los libros y de la literatura.La familia por supuesto va a jugar un papel muy importante,ya que las mejores narradoras siempre han sido las abuelas y las mamás.
Hola Adelaida, estoy de acuerdo contigo. La narración oral es la base para que los pequeños se apasionen más tarde por la lectura. Y la familia es el mejor lugar para disfrutar de los cuentos. ¡Gracias por comentar!