En nuestra merienda de hoy no hablamos de cuentos. Sí de lectura, de meriendas familiares pero, sobre todo, de cómics. Porque nuestro autor invitado es un dibujante, guionista, escritor y “autor disperso”, como él se define, que empezó a publicar profesionalmente muy joven.
Cels Piñol es el creador de “Fanhunter”, un mundo que inventó hace más de 28 años y del que todavía hoy siguen saliendo historias, personajes, juegos de mesa y que le sigue entusiasmando como el primer día.
Gracias a nuestro anterior entrevistado, Joan Antoni Martín Piñol, gran amigo de Cels (pero no familia), hemos tenido el placer de conocer a nuestro invitado de hoy. Su mundo, sus cómics, sus historias. Su trabajo durante todos estos años. Y aunque todavía no entiende donde está “el secreto de su éxito”, nunca se ha rendido y sigue trabajando con el mismo entusiasmo con el que empezó a publicar en una “revistilla fotocopiada”.
Hoy tenemos el placer de merendar con Cels Piñols. ¡Disfrutad de la entrevista!
¿Cuándo y por qué decides crear las historias de “Fanhunter”?
Fue a principios de los años ’90 del XX. Siempre me ha gustado la ciencia-ficción y tenía ganas de desarrollar una historia protagonizada por los mismos fans que aparecían en las tiras de humor de Fan con nata que dibujaba Planeta-De Agostini, pero sin estar atada al formato de una página mensual de la editorial. Quería de esta forma denunciar en formato fanzine una ola de censura que por aquella época estaba causando estragos en Europa y Estados Unidos en publicaciones de todo tipo. Tomé como punto de partida el Fahrenheit 451 de Ray Bradbury e imaginé un futuro donde todas las expresiones de ocio, cultura y subcultura estaban prohibidas y éramos nosotros, los fans, los que utilizábamos nuestros conocimientos frikis para defender a la humanidad. Luego, la idea se fue extendiendo hasta crear todo un Universo.
Después de 27 años publicando “Fanhunter”, ¿pensaste, alguna vez, que tendría tanto éxito?
No, lo lancé como un fanzine autoeditado y que yo distribuía personalmente en las librerías especializadas en cómic, en el kiosco de la lado de mi casa, en salones del cómic, allí donde pudiera “colarlo”… Pero Planeta, donde me habían contratado precisamente porque les gustaban los chistes que les enviaba acompañando mis cartas a las secciones de lectores de sus cómics, comenzó a editarlos y se convirtieron en el tebeo de autor español más vendido de la editorial. Fue entonces cuando aparecieron los juegos, cuando empezó a ser leído en otros países, cuando se generó merchandising y cuando supe que había creado a un monstruo que, por lo visto, no pararía de crecer. Pero sigo encariñado con ese monstruo 28 años después y sigo sin saber cuál es el secreto de su éxito. Disfruto tanto ahora como en la época en que se creó como revistilla fotocopiada.
Eres guionista, dibujante, escritor de novelas, de cómics… ¿Con qué te quedas? Si es que es fácil quedarse con algo cuando te apasiona escribir y dibujar.
Por eso precisamente es un monstruo, porque Fanhunter se ha diversificado en muchas ramas, se expande y, como Godzilla o Cthulhu, a veces cuesta contenerlo porque me empeño en supervisar, que no controlar, cada aspecto de la producción, implicarme en la obra, imprimir mi personalidad, a veces asimilando el estilo de otros autores que enriquecen el conjunto y con los que me gusta colaborar, intercambiar ideas, escuchar sus consejos para mejorar, no parar de aprender. Por lo tanto, imposible quedarse con una faceta. Disfruto tanto guionizando como escribiendo, pero es un proceso caótico, que comporta mucha improvisación e influenciado por lo que me apetece desarrollar en cada momento: una de vampiros, una de guerra, una de cyberpunk… Todo me apasiona por igual.
¿Es complicado animar a los niños y los jóvenes a leer? ¿O, quizás, por el auge de las redes sociales, internet, los booktubers, los jóvenes tienen más información sobre literatura que les anima a leer más?
Es más fácil de lo que parece. El fomento de la lectura, por mi experiencia, se consigue aconsejando leer, no imponiendo. Al menos en el caso de nuevos lectores. Las lecturas obligatorias en un temario escolar son una cosa y deben respetarse; otra distinta, aunque complementaria, es el trabajo que debemos ejercer como padres y también como comunicadores en el campo de la “recomendación lectora”, aprovechar la conexión que tenemos (o podamos tener) con nuestros hijos y nuestros lectores para ser lo suficientemente hábiles y dirigirlos hacia obras y autores que les puedan interesar.
A mis hijas les digo “lee esto” y, como buenas adolescentes, es posible que lo aparten para más adelante. Pero si dejas el cómic o el libro sobre la mesa del comedor y las dejas investigar, la mayoría de las veces ese libro o ese cómic acaban en sus manos y, lo mejor, volverán a por más. Pero también depende de cada entorno y contexto: he tenido la suerte de que mis dos hijas han salido lectoras y algo ha tenido que ver el crecer en un ambiente rodeado de libros, cómics, música y películas con el que “tropiezas” cada dos por tres y que puede despertar tu curiosidad.
Y en mi caso, pues sí, como mis hijas, tengo mi lista de youtubers y expertos literarios con los que me asesoro porque sé que compartimos gustos y que suelen acertar con esas recomendaciones que se lanzan desde redes sociales y que si te das cuenta hacen la misma función que el libro o cómic depositado sobre la mesa del salón: te lo encuentras, puede picar tu curiosidad y es posible que acabes recopilando más información sobre tal libro o tal autor, incluso adquiriendo su obra.. 🙂 Seguro que la gente que visita tu blog vive una experiencia similar.
De toda la obra publicada de “Fanhunter” ¿de cuál guardas un recuerdo más especial?
Conservo multitud de buenos recuerdos y experiencias en el mundo de los cómics porque he tenido la suerte de conocer a muchísimos de mis ídolos y porque disfruto de cada momento, porque sigo siendo un fan. Pero de todas las anécdotas fanhunterianas, me quedo con aquella vez en la que el dibujante y humorista Sergio Aragonés, al que admiro, respeto y adoro y que conocí años antes, vino a mi stand en el Saló del Cómic de Barcelona, poco después de mi salida de Planeta-DeAgostini y antes de entrar en Panini Comics. Sabiendo lo inquieto y disperso que soy, me envió a la cafetería y se quedó hablando con mis padres, que me ayudaban con la logística, y que él también conocía de otros eventos. Sí, con mis padres. Y yo en la barra del bar con una Coca-Cola y comiéndome las uñas. Y nunca supe qué les dijo exactamente. Pero cuando volví, como buen maestro jedi, me dio varias consignas a seguir desde entonces para seguir triunfando y mantener la cordura como autor y me dijo que había dejado indicaciones a mis padres para que me vigilaran y se aseguraran de que las cumplía porque él no podía controlarme desde Estados Unidos. Es un genio, un maestro,es una persona maravillosa y sigo sus consejos al pie de la letra… siempre que puedo.
Incluso ahora, si me desvío, si me disperso, mi madre me recuerda esa charla con Sergio Aragonés.
¿Cómo llevas el proyecto de “Fanhunter: asalto a la librería del distrito 13” junto a Joan Antoni Martín Piñol?
Muy bien. Debería haber parecido hace algunos meses, pero la expansión de los juegos y otros trabajos colaterales que me han surgido me han tenido ocupado durante bastante tiempo. Hace ya un par de semanas que he vuelto a dibujar de forma regular y no solo se activan los cómics, sino que las páginas de humor de Panini y de webs online volverán a tener periodicidad. Estoy especialmente emocionado con el lanzamiento de #ClientedelDía, la nueva tira de humor basada en las experiencias de libreros como @Toliol o @silviabroome
¿Qué leías cuando eras pequeño?
Buf, casi todo lo que caía en mis manos: Los Hollister, Julio Verne, Alfred Hitchcock y los Tres Investigadores, Emilio Salgari, todo lo de Bruguera, ciencia ficción, terror, novelas de Estefanía de mi abuelo, Victoria Holt, Asimov, tebeos de Vértice, Lovecraft incluso siendo muy jovencito, Poe… La lista sería interminable.
¿Una merienda que recuerdes de tu infancia?
Dos. Las dos mejores ever: con mis padres, xuxo y Cacaolat, antes de entrar a ver Flash Gordon al cine Novedades, un jueves en que me vinieron a buscar por sorpresa al colegio para ir al cine. Y la otra, en el bar Mariona, con mis hijas cuando eran unas niñas, justo antes de llevarlas por primera vez a la librería Gigamesh de Barcelona y que se les iluminaran los ojos con taaaaaaaaaanto libro.
¿A qué otro autor o ilustrador de literatura infantil y juvenil nos recomiendas leer?
Mi autor referencial en este campo siempre ha sido Joan Antoni Martín Piñol y acudo a él y a sus obras cada vez que tengo que dirigirme a un público generalista con el que él siempre sabe conectar. También recomiendo seguir las obras juveniles del dibujante Scotty Young, sobre todo lo de Marvel. Y creo que cualquier chaval debería visitar Corfú y conocer a la familia de Gerald Durrell a través de sus libros. Y por supuesto, Sergio Aragonés.
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