Lo de este libro fue un flechazo. Llevaba tiempo queriendo retomar mi gran afición por las novelas juveniles y la portada de este libro me llamó mucho la atención. Seguramente serían los colores, el trazo de los dibujos o simplemente la genialidad del nombre del superhéroe. El caso es que me lo llevé a casa, lo leí y ha abierto la veda para continuar leyendo literatura juvenil.
“SuperPaco y los niños poseídos”, editado por Nube ocho, cuenta la historia de Paco, un portero de un portal de vecinos de Madrid que, cuando el deber le llama, se convierte en superhéroe. En este caso tendrá que hacer frente a un caso complicado para la inspectora Rosa Mora, vecina y amiga de Paco. Una serie de niños y niñas, y cada vez más, han sido poseídos y se han declarado en rebeldía: ya no quieren montarse en los columpios, tiran a sus abuelas por los aires, amenazan a la policía y tienen atemorizado a toda la población madrileña. ¿Qué será lo que les ha pasado para pasar de ser unos niños adorables o dar miedo? SuperP tendrá que descubrirlo e intuye que unas piruletas con forma de corazón pueden ser la clave del caso.
La autora del libro es Juana Cortés Amunarriz, una escritora con muchos premios de literatura juvenil y eso se nota. El libro está muy bien esquematizado, sin dejar detalles sin explicar y con un principio, medio y desenlace muy logrados. A mí, como adulta, me ha parecido muy correcto el hecho de que el superhéroe, Paco, va aprendiendo, a medida que evoluciona la historia, de sus errores. E, incluso, se guarda “notas mentales” para no olvidarse qué es lo que tiene que mejorar. Igual los niños y niñas no se dan cuenta de esto, pero es un punto que seguro que se queda marcado.
Los personajes, aparte de Paco y Rosa y los malos de la historia, son niños. Ellos son el eje central de por qué surge la historia. La autora juega con símbolos muy conocidos, como las piruletas de corazón, y con típicas acciones que nosotros creemos que es lo que quieren los niños y niñas más grandes, como jugar en el columpio y columpiarlos. Esas son las cosas que luego ellos mismos les devuelven a los adultos. Una historia muy cómica y cargada de guiños.
La historia está acompañada de las ilustraciones de Gómez, unos dibujos que le dan vida al libro. Yo recuerdo algunos de mis libros de adolescente y los dibujos, en muchos casos, eran importantes para que la historia fuera redonda. Pues este es uno de esos casos. Las imágenes acompañan en todo momento al texto apoyando la historia y llenándola de personalidad.
Para ser el primer libro que leo después de tantos años de literatura juvenil, creo que he dado en la diana. Ya os contaré cómo es el siguiente.