Y los sustituirás por miedos de madre. Dejarás atrás muchos de los que te abordaron en tu adolescencia o juventud. Pero adquirirás otro tipo tipos de miedos que van de la mano de la maternidad: miedo a que tus hijos tengan un problema y no sepas detectarlo, a que esté bien el colegio, a que sea feliz, a que no se caiga y se abra la cabeza… un montón de dudas que te surgen y te acongojan. Pero imagino que eso es parte de la vida también.
Una mamá que he conocido a través de Instagram, Mamá arrullo, propuso el hashtag #desdequetengohijos para que contásemos qué había cambiado en nuestras vidas desde que tenemos hijos. Y, después de mucho pensarlo, creo que una de las cosas que más ha cambiado en mi vida es esa, dejar atrás muchos miedos que me siguieron a lo largo de mi adolescencia y que, ahora, los miro y digo: “pues vaya tontería”. Claro, que entonces no lo era. Es más, en aquella época eran de lo más importante. Es probable que cuando llegue a anciana, mire a los miedos de hoy y piense lo mismo, pero ahora son lo más importante.
Pero también creo que esos miedos son los que nos han convertido en lo que hoy somos y en lo que, quizás, debemos enseñarles a nuestros hijos a evitar. Aunque ellos deberán pasar por lo mismo y tendrán que darse cuenta solos de lo que es importante y de lo que no. Pero que no sea por intentarlo y darles consejos. Me gustaría que no tuvieran miedos y fueran siempre felices. Sí. Creo que es mi mayor deseo. Pero también sé que los miedos son importantes para formar su personalidad y para aprender a superarlos, algo que es todavía más importante.